En nuestro país, ANCAP produce 18.000 toneladas de biodiesel anuales y proyecta tener una capacidad instalada de 73.000 toneladas para comienzo del próximo año. Estas plantas generan como producto secundario 1kg de glicerol por cada 10kg de biodiesel producido. El glicerol obtenido de esta manera ha aumentado de tal forma la oferta mundial que los precios internacionales han caído dramáticamente convirtiendo al compuesto en un desecho costoso de eliminar. Su combustión directa es dificultosa, poco rentable y potencialmente contaminante. Sin embargo, la naturaleza altamente reducida del glicerol habilita su conversión en otros productos de valor, entre ellos, el etanol. Si esta conversión se realiza por medios biológicos, se puede lograr a bajo costo y mediante un proceso amigable con el medio ambiente. El objetivo de este Proyecto consiste en desarrollar una cepa estable de Escherichia coli capaz de convertir el glicerol en etanol de manera eficiente a gran escala. Para ello se aprovechará la diversidad microbiana, en su mayor parte desconocida, de tres nichos ecológicos distintos: el intestino de termitas, el rumen bovino y los fermentadores anaerobios de tratamiento de efluentes industriales. El ADN metagenómico de estas comunidades se encuentra almacenado en tres bibliotecas genómicas (“metagenotecas”) que ya están disponibles. Utilizando estrategias de selección apropiadas, se buscarán en estas metagenotecas elementos genéticos que mejoren el crecimiento de E.coli en glicerol. Una vez identificados estos elementos, se introducirán en cepas de E.coli con probada capacidad de producir altos niveles de etanol. Los microorganismos obtenidos de esta manera se evaluarán en cultivos continuos para determinar su estabilidad, su crecimiento y su tasa de producción de etanol a partir del glicerol crudo de la biorefinería. Esta información permitirá evaluar la factibilidad de transferir la tecnología a ANCAP para realizar estudios a escala de planta piloto.